Por Luis Vasta
Periodista médico y difusor de jazz
“No quería morir. Solo quería que el dolor parara.”
Así comienza la historia de Katie Stubblefield, quien
sobrevivió a un intento de suicidio a los 18 años. Hoy, comparte su experiencia
para ayudar a otros jóvenes a entender que el sufrimiento emocional puede
encontrar salida. “Me sentía atrapada, sin opciones. Pero descubrí que pedir
ayuda no es debilidad, es valentía”.
Katie ha transformado su experiencia en una misión de
concientización sobre la salud mental y la prevención del suicidio. Su
testimonio —“No quería morir, solo quería que el dolor parara”— se ha
convertido en una voz poderosa para quienes atraviesan momentos difíciles
¿Qué dicen los
especialistas?
El suicidio es una problemática compleja que involucra
factores psicológicos, sociales, biológicos y culturales. Según la Organización
Mundial de la Salud, más de 700.000 personas mueren por suicidio cada año, lo
que equivale a una muerte cada 45 segundos.
Expertos como la Dra. Jane Pirkis (Universidad de Melbourne)
y el Dr. Felipe Ortuño (Universidad de Navarra) coinciden en que no se trata
solo de salud mental, sino también de condiciones sociales que pueden
precipitar una crisis: pobreza, discriminación, violencia, aislamiento,
adicciones.
¿Qué está pasando con los adolescentes?
Según el último Boletín Epidemiológico Nacional, entre abril
de 2023 y abril de 2025 se registraron 15.807 intentos de suicidio en
Argentina, con 906 muertes confirmadas. Los jóvenes de 15 a 24 años concentran
las tasas más altas, y los varones presentan mayor letalidad.
La psicóloga Sol Buscio advierte:
“Vivimos en una sociedad
hiperconectada, con ideales inalcanzables. Todo eso nos desconecta de quiénes
somos. Y en esa desconexión aparece el malestar.”
Causas posibles: un entramado multifactorial
-Trastornos mentales: depresión, ansiedad, bipolaridad,
esquizofrenia.
-Factores sociales: desempleo, pobreza, violencia doméstica,
exclusión.
-Eventos traumáticos: abuso, pérdida de seres queridos,
bullying.
-Dinámicas familiares: falta de apoyo, antecedentes de
suicidio.
-Estigma y silencio: dificultad para hablar del sufrimiento
emocional.
“El suicidio no es una decisión libre, sino el resultado de un sufrimiento que no encontró salida visible.” — Dr. Felipe Ortuño
Impacto en la familia y la sociedad
Cada muerte por suicidio deja una huella profunda. Se estima
que al menos cinco familiares y hasta 135 personas en la comunidad se ven
afectadas.
En la familia:
En la sociedad:
Detrás de cada número hay un nombre, una historia, una red de
afectos. El suicidio no es una cifra que se anota en informes —es el eco de un
sufrimiento silenciado, una ausencia que transforma para siempre a quienes
quedan. Recordar esto es un acto de humanidad. Es mirar con empatía, preguntar
sin juicio, estar presentes. Es entender que la prevención empieza por
reconocer que cada vida cuenta.
“La estadística no llora, pero las personas sí. Por eso, pongamos alma a los números.”
-Miedo, desinformación, tabú.
-Necesidad de políticas públicas integrales.
Una visión
esperanzadora: sí, se puede prevenir
La prevención del suicidio es posible y requiere una mirada
integral:
Estrategia ¿Por qué ayuda?
Atención en salud mental Detecta
y trata el sufrimiento emocional
Políticas sociales Abordan
causas estructurales como pobreza y violencia
Educación emocional Fomenta la
expresión y la empatía desde la infancia
Redes de apoyo Rompen el
aislamiento y fortalecen vínculos
Comunicación abierta Disminuye el
estigma y promueve la búsqueda de ayuda
Testimonios que iluminan el camino
Danielle, Miss Brighton 2021, compartió que al principio
tenía miedo de hablar de sus pensamientos suicidas. Hoy, educa sobre señales de
riesgo y cómo iniciar conversaciones que salvan vidas.
Richard, veterano y sobreviviente de múltiples intentos,
transformó su dolor en propósito. “Podés estar en el fondo y aún así encontrar
luz. Yo soy prueba de eso”.
Laura, tras perder a su cuñada por suicidio, decidió
convertir el duelo en acción. Organiza eventos para recaudar fondos y
concientizar: “No quiero que nadie más pase por esto sin apoyo”.
Mensaje final: transformar el dolor en cuidado
El suicidio no es un destino inevitable. Es una señal de que
algo necesita ser escuchado, atendido, acompañado. Como sociedad, tenemos el
poder de crear espacios seguros, romper el silencio y ofrecer esperanza.
Si estás atravesando un momento difícil, no estás solo. Hay
personas, profesionales y organizaciones dispuestas a ayudarte. Y si conocés a
alguien que sufre, tu escucha puede ser el primer paso hacia la vida.
Desde 2011, muchas organizaciones han impulsado guías para
reportar el suicidio de forma responsable, como Reporting on Suicide y las
recomendaciones de la OMS. Se promueve hablar del tema con enfoque preventivo,
destacando historias de recuperación y esperanza.
“Hablar del suicidio no lo provoca. Silenciarlo, sí.” (Campaña internacional de prevención).
Fuentes consultadas
AFSP – Historias reales de prevención y recuperación
Grassroots Suicide Prevention – Testimonios de impacto
Facing Suicide VT – Voces que transforman el dolor
National Geographic – La historia de Katie Stubblefield
Universidad de Navarra – Dinámicas familiares y
prevención
Continuará